Of If Sky Comes Falling Down....//{Mexico} // Michael Demiurgos

Han pasado mas de 5  años  sin verlo, cada día recordando mi error y descuido ante mi responsabilidad como  hermano y como tío. No es raro decir y escribir cada uno de mis errores ante Michael, mi hermano responsable y algo malcriado por mi Padre en los Cielos, pero el siempre fue el que no me dio la espada en muchos aspectos salvo en el día  de mi revelación ante nuestro Padre y sus reglas por la creación del mundo y la humanidad que era la alegría de mi Padre aunque estoy le traiga dolor de cabezas.
Pero Michael lo defendió y respete su decisión desde siempre, el tenia fe en los humanos incluso miles de años se termino enamorando de una ellos como estúpido.  Tu una hija Elaine mi pequeña sobrina que estuvo por mucho tiempo bajo mi protección, 10 años exactamente que pasaron como una ráfaga del viento en la  noche en la que ella estuvo a mi lado para ser cuidada ya que Michael tuvo que volver a los Cielos.
Pero el pasado ataco en un descuido mio, Lilith la primera mujer que corrompí y la hice un demonio para que vagara por el mundo, volvió en busca de venganza hacia mi atacando donde realmente me dolería y termino matando a Elaine y destruyendo su inocencia. Como era de esperarse Michael no me lo perdono y se fue de New York para siempre, pero después de una búsqueda larga de mis súbditos al fin hubo respuesta y lo encontraron en México en un pequeño pueblo cumpliendo como sacerdote de una capilla.

Sin pensarlo dos veces viaje hacia México en busca de mi hermano para poder tener una conversación "Normal" si se podía decir entre ambos, aclarar nuestras diferencias después de 5 años sin vernos  y sin poder decirle cuanto lo lamentaba mi error y el dolor que sentía en esos momentos tras la muerte de Eli aunque él no crea que tenga sentimientos como la mayoría de las personas pero debía hacer el intento y aunque suene raro que yo lo diga tener Esperanza.
Baje del taxi después de pagarle al taxista con un billete de 100 dolares, mire hacia los costados para después acomodar mis lentes negros con mi diestra dando un suspiro.
Las puertas del Oratorio San Felipe Neri estaban abiertas en par en par, a paso lento entre hacia dentro bajo la mirada de las figuras de todos los Santos Mártires, mortales iluminados por mi Padres en tiempos pasado pero fueron atormentados y muertos por los mortales sin fe.
—No me miren así... pudieron elegir mi camino pero aquí están...— Dije en voz baja mientras recorría el lugar con una leve sonrisa.
—Disculpe señor ¡Puedo ayudarle....? — Pronuncio una voz cálida detrás de mi, dándome la vuelta una monja de avanzada edad preguntándole al demonio si podía ayudarle.
—Busco al padre Miguel... ¿El esta por aquí?— Pregunte para luego cruzarme de brazos mirándola fijamente.
—Si.. claro que si.. ahorita mismo esta en la sacristía enseguida vendrá para acá señor —Menciono segura y emocionada al mismo tiempo haciendo una seña para que la siguiera.
Como tal la seguí hacia donde me indicara, llegamos hasta las primeras bancas de, señalando para que tomara asiento así que no me quedo mas que hacerlo.
—Ya le anuncio su llegada al padre Miguel.. buen hombre pero no olvide quitarse esos lentes.. estamos en la casa de Dios — Dijo para después darse la vuelta en busca de mi querido hermano.
Si.. La casa de mi Padre y por eso debía darle el respeto que se merece como tal me cruce de brazos a esperar a mi querido hermano Michael que de seguro estaria feliz de verme... o eso pensaba yo.

Ya no recuerdo la ultima vez que levante la mirada hacia los Cielos y tuve la esperanza que todo lo que viví 5 años atrás no fuera mas que una pesadilla en la que pronto iba a despertar y cuando lo hiciera todo fuera como antes, mi pequeña hija Elaine seguiría viva  radiando la misma felicidad e inocencia que tenia antes de partir hacia la otra vida por culpa de Lilith, el primer ser que mi hermano Lucifer corrompió e hizo súbdito suyo para después formar su ejercito de las tinieblas luchando contras las ordenes de nuestro Creador y Padre.
Si todo hubiera sido un sueño tal vez Lucifer y yo pudimos haber tenido una relación mas unidad como hermanos como en el pasado antes que el se rebelara y fuera el primer caído y posteriormente enemigo de los Cielos. Pero todos tenemos un destino marcado y no podemos ir en contra de este por mas que hagamos hasta lo imposible por cambiarlo para que sea como nosotros queramos.

No queriendo afrontar la realidad no vi mejor idea que escapar de New York para no volver, para que nada me recuerde que no puede hacer nada para salvar a lo único que me importaba en esta vida y no querer desquitarme con nadie en particular por mas que sabia el responsable.
Llegando a San Miguel Allende, me ordene como sacerdote en el Oratorio de San Felipe Neri con un nuevo nombre, una nueva historia y nuevos pensamientos llegue y fui tomado como un miembro mas de la comunidad en poco tiempo, fue algo sorprendente la aceptación. Pero ¿Porque? Tal vez fue porque creí que estaría cerca de mi Padre podría hablar con el como lo hacen todos los mortales que aun creen y tienen Fe.

Ese día llegue mas temprano que lo usual, salude a las hermanas del Oratorio con una sonrisa y me dirigí a paso rápido hacia la sacristía. llegando a la misma me arrodille delante de esta con los brazos a los costados mirando hacia la cruz.
—Padre nuestro que estas en los cielos... Santificado sea tu nombre venga a nosotros tu... Tsk a quien engaño, no daré vueltas estoy aquí desde hace tanto buscando alejarme de su recuerdo pero nada.. la extraño demasiado y aun quiero que vuelva mas que nada.. y si me escuchas dame una señal. — Dije para después suspirar y bajar la mirada con algo de resignación, esperando que tal vez me haya escuchado.

—Discúlpeme padre.... lamento interrumpirle pero alguien lo busca—

—No hay problema Hermana Concepción.... ¿Quien es la persona?—Pronuncie mientras me levantaba y me daba la vuelta para no darle la espalda a la hermana del lugar con una leve sonrisa.

—No lo se.... jamas lo había visto por aquí pero parece que lo conoce a usted y es extranjero—

—Sera un nuevo creyente— Dije bromeando un poco  con cierta curiosidad por ese extraño visitante.— Hermana Concepción no se preocupe... yo ire a verlo usted puede seguir con sus labores y muchas gracias por avisarme.—
Tras pronunciar esto la hermana se retiro hacia otro sitio de el Oratorio San Felipe Neri.
Camine hacia donde estaba el secreto visitante acomodando un poco mi camisa azul, mi paso fue disminuyendo un poco mi paso tras escuchar una extraña melodía, un tarareo de una canción que había escuchado en algún lugar. Levante mi mirada hacia el sujeto y ahi estaba cruzado de brazos, luciendo arrogante con esos lentes puestos y con una sonrisa maquivelica.
—¡¡Sammael!!.... — Dije en voz alta haciéndome hacia atrás unos tres paso. Pedí una señal a mi Padre no un castigo de semejante altura. Mi Hermano.... Mi enemigo en la casa de Nuestro Padre aquí en la tierra. — ¿Que haces aquí? — Pronuncie en tono bajo mirando hacia mis lados para ver que nadie nos viera.

Esperando que al fin aparezca ese hombre de una buenas vez y por todas para que podamos arreglar las diferencias, para que el tal vez se vuelva conmigo a New York inclusive que este en el "Lux" para acompañarme. Sin dobles  intenciones ni planes maléficos ni nada solo que el vuelva y nada mas para que llevara la misma viva que antes de todo y para que dejaras esta idiotez del habito que por cierto era muy raro hasta para mi. Volver y hasta tal vez si el quisiera perdonar mi descuido pero eso ya era decisión de él y no debía presionarlo.
Mirando hacia mis costados con los brazos cruzado algo ya cansado de esperar, no era muy paciente o mejor dicho nunca lo fui eso era otro de mis tantos defectos que tengo, tenia que aliviar un poco la espera me puse a tararear una vieja canción que  solía tocar en el piano del bar hace tiempo . No paso mucho hasta que unos pasos comenzaron a resonar en el lugar, con cierta sonrisa maquiavelica al verlo avanzar hacia mi distraído arreglando los botones de su puño diestro.

Me causo un poco de gracia su reacción de retroceder al verme para después mirar hacia los lados haber si había alguien.
—Ohhh Padre Miguel ¿Porque esa reacción?Parece... no se que hay visto al mismísimo Demonio delante de usted.. — Pronuncie mientras me levantaba para después quedar enfrente de el  quitándome los lentes oscuros y guardándolos en el interior de mi saco negro.
—Tranquilo.... solo he venido hablar con el nuevo sacerdote... Sabes es muy gracioso lo de ser cura pero no te juzgo ademas quien soy yo ¿Verdad? Pff hace mucho que no nos vemos Michael podemos hablar como dos hermanos normales lo harían ademas estamos en la casa de Dios y aquí no puedes echar a alguien tan fácil... — Dije con una leve sonrisa mientras extendía mis brazos hacia el en señal de paz para ambos.
Como lo supuse estaba feliz de verme ahí.

Retrocedí unos pasos mas atrás para darle espacio y para que pueda procesar un poco mas rápido esta situación ya que no se lo esperaba y ademas era de entenderse su reacción ademas la ultima vez que lo vi quería arrancarme cada parte de mi ser y entregarla como ofrenda a nuestro Padre.

Quería escapar y a la misma vez no esos tres pasos hacia atrás no eran mas que nada por la impresión del momento , pedí hace unos minutos antes pedí una señal para mi pero esto...... Lucifer ¿Aquí? Actos tan decadentes he echo en estos últimos años para que este hombre, este arcángel, mi hermano el caído delante de mi como si estará todo bien.
Mis pensamientos se encontraron pero debía demostrar mejor  postura que él esto no podía afectar mi raciocinio ahora. Siempre fui un hombre decidido , sin problemas a la hora de tomar decisiones de forma rápida y sencilla.

Ver como levanto sus manos en señal de paz o tranquilidad ya que la interpretación eso daba hizo que de como respuesta una mueca de disgusto, se notaba que mi hermano no conocía nada sobre mi forma de actuar. Pensar que armaría algo contra el en este lugar, podía haberle lastimado en cual quier maldito momento no esperar hasta que viniera hasta mi.
—No.... solo vi a un infeliz delante mio... por eso tal reacción— Pronuncie mientras tomaba asiento en la punta de la unas de las bancas que daba al pasillo del centro hacia la puerta de la entrada. —¿Gracioso? Gracioso es que aparezcas por aquí Sammael.... Si quieres hablar esta bien pero después no quiero estas sorpresas porque no te pedí que vinieras ni mucho menos que me dijerais Hermano es hipócrita de tu parte después de todo por lo que pase.  Y si he elegido esta vida es porque era lo mejor para mi— Mencione sin dejar de observarlo, dando un pequeño golpeteo contra el piso con mi pie derecho con algo de inquietud al verlo delante mio de brazos cruzados.

—Pero que modales los míos ¿Verdad? Toma asiento y quita esa cara de inocencia por que no te queda bien Luci.....  — Este ultimo apodo de el con una sonrisa, sabia que el mismo le molestaba desde tiempos lejanos y le quitaba oscuridad y maldad a su persona, segun él.