Buenas Noches... ¿Señorita? -Felicia Hardy-

Tenía un día de haber llegado a la ciudad y se dispuso a recorrer sus calles, algunos lugares le eran conocidos, otros simplemente era un poco diferente a los que recordaba de su realidad. Sin duda alguna esta dimensión era un poco distinta a la que él ya conocía, tal vez un café le ayudaría a sobrellevar la rara y extraña situación por la que estaba pasando en estos momentos. Al pasar frente a una cafetería ese olor a café matutino se coló por sus fosas nasales hasta hacer que su cerebro a través del olor, saboreara lo rico que seguir beber uno de esos.

El resto del día transcurrió para él en centro de la ciudad y poco mas entre las tiendas y algunos locales que había decidido visitar para intentar aclarar un poco más sus ideas, tal vez ello le ayudaría a recordar por completo su vida. Por un momento se pregunto que estarían haciendo Hope y Namor después de haberlos dejado en aquella esquina cerca del hotel donde estaban hospedados, recordaba que el motivo por el cual caminaba en las calles de Nueva York, era porque habían venido a buscar a Tommy, le visualizo en una de sus premoniciones y esperaba no haberse equivocado, sentía a parte de sus compañeros la presencia otros seres dotados, tal vez los mismos que habitaban en su dimensión, aunque aquí bien podrían ser totalmente diferentes, por ahora debería mantener la boca cerrada y no divulgar ningún tipo de información.

Un leve presentimiento le llevo a aquel callejón, donde sabia o al menos presentía que algo interesante podría sucederle, tal vez algo que pudiera llevarlo hasta los demás del equipo o bien pudiese ser totalmente diferente, por lo cual se adentro con mucha cautela en lo que parecía ser un callejón alumbrado y digamos bien cuidado en comparación con otros de la ciudad. Agudizo sus sentidos y mientras caminaba estaba a la espera de que su sentir se hiciera presente.

Era una noche hermosa, perfecta para hacer de las suyas, la Luna estaba en su esplendor. Era la noche para robar, aunque para otros era la noche para ir de caza. Estaba en su apartamento, con una bata minúscula, mirando el paisaje con una buena copa de vino.-Una hermosa noche para hacer de las mías pero deberé ir con cuidado no vaya a ser que me quieran cazar…Para robar, mmmm la gatita quiere tomar aire fresco…-Dijo mientras se giraba e iba hacia su armario donde ocultaba su ropa de ladrona, dejando la copa sobre una de las mesas de su apartamento.

Dejando caer la bata hacia el suelo, quedándose desnuda, abriendo el armario.-Hola ropita ¿Me extrañabas? Yo si….y después dicen que los mejores amigos de una mujer son las joyas, en especial los diamantes….Aunque es verdad, pero yo prefiero mi ropa.- Dijo tan tranquila mientras que se comenzaba a vestir, colocándose su ajustado traje y su antifaz, para después mirarse en el espejo.-Me queda ideal…Miau, si que estoy buena.-Dijo traviesamente para ir hacia el balcón, saliendo de allí para comenzar su aventura.

-Aire fresco, libertad y diversión…- Decía mientras iba de un lado para otro saltando por los tejados de la ciudad. Llegando hacia un callejón, viendo a un joven que estaba perdido.-Vaya, vaya, vaya ¿tu mamá no te ha dicho que no debes de ir por calles oscuras, peligrosas y solo?- Dijo con una sonrisa mientras se descolgaba del lugar-¿Te has perdido? Mmmm pobre…ahora dame tu cartera, por favor.-Le comento mientras se contoneaba hacia él.

Los minutos habían ido transcurriendo de una forma lenta, la luna estaba en su mejor expresión y la soledad rodeaba aquel callejón no transitado por nadie más que por él. Siguió caminando sin ánimos de ser sorprendido, aunque sus oídos escuchaban pasos rápidos de un lado a otro, seguramente alguna rata o incluso otro tipo de animal que podría encontrarse entre la basura; hizo caso omiso de ello y prosiguió con su recorrido, esta vez sumergido en sus pensamientos, debía organizar sus prioridades y encontrar la manera de solucionar todo este embrollo en el que se había metido por querer ser un súper héroe y es que en su dimensión si lo era y el no estar en ella, no implicaba que cumpliese con su deber.

Los pasos parecía hacerse más intensos y cercanos, definitivamente ya habían dejado de ser de algún animal y efectivamente así fue, una mujer disfrazada de… gata se acercaba a él. ¿Robar? ¿Entregar la cartera? No pudo evitar soltar una carcajada al escucharle hablar, se detuvo justo frente a ella. ¿En serio este era el buen presentimiento que lo hizo llegar hasta este callejón olvidado por la sociedad? –Si mi madre estuviese viva, sin duda me lo diría –Respondió a su pregunta de forma tranquila, no estaba sorprendido en lo absoluto, lo que si intentaba era contener la risa por tan inesperado encuentro.

-¿Cómo sabes que no eres tú la que se ha perdido? –Respondió a su pregunta con otra pregunta, intentaba ser un poco quisquilloso con ella, al menos debía hacer del momento algo grato, aunque estuviese empezando a dialogar con una aparente ladrona de las calles de Nueva York. –No tengo nada que entregarte, sinceramente, aunque si te dedicas a robar un pocos dólares de la cartera de un joven, no podría esperar mucho de ti, tu traje inspira más autoridad para lo que haces –Le comento mientras también caminaba hasta ella. Al mismo tiempo que mantenía la mirada en ella, iban apareciendo shuriken’s alrededor de él, no esperaba arrojárselos a ella, solo tal vez intimidarla un poco y causar un poco mas de emoción al momento. –Por lo tanto, creo que esta vez te has equivoca de víctima.