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Quizá no fue tan buena idea salir de casa... {Pietro y Wanda Maximoff}
2 participantes
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Quizá no fue tan buena idea salir de casa... {Pietro y Wanda Maximoff}
No debí salir hasta tan tarde, no después de los días que había pasado en ese pequeño apartamento de alquiler, observando los cambios que el mundo exterior había sufrido en los últimos años.
Puede que estar aislados en Attilan hubiera protegido a parte de mi pueblo, pero ver todo aquello, cómo parecía tan distinto a la forma de vivir de los humanos que había estudiado de niña, me hacía preocuparme aún más por mis padres y mi hermana.
Por eso durante los primeros días solo observaba, desde la ventana, o encendiendo ese viejo televisor que a veces perdía la imagen en el pequeño apartamento de las afueras. Lo que había aprendido es que las libertades se habían diezmado, y que a aquellos que parecían intentar cambiar las cosas se les tachaba de revolucionarios. Me preguntaba si mi hermana estaría entre ellos, pues sabía que, aunque a ella le importase nuestro pueblo, no toleraría actos tan injustos. Además, me había visto obligada a ocultar no solo mi identidad, sino también mis poderes, pues muchos como yo eran perseguidos. Era algo intolerable...
Necesitaba más información, así que salí dentro del supuesto horario permitido, haciéndome pasar por una simple humana. Me puse un sencillo vestido púrpura de tirantes con zapatos altos, dejando suelta mi melena pelirroja y con mi colgante de plata, con forma de media luna, como único adorno.
Entré en algunas cafeterías, me dediqué simplemente a escuchar, pero cuando salí de la última, algo alejada del apartamento, ya oscurecía...
Se me iba la hora del toque de queda, así que apreté el paso, tratando de acortar por unos callejones algo más oscuros... y entonces los vi. Eran un grupo de hombres, unos quince, que acorralaban a una pareja cerca de una escalera de incendios. Por sus ropas parecían agentes de seguridad, de los que perseguían a aquellos que se saltaban las normas o que tenían poderes similares a los de mi gente. Sé que no debía acercarme, pero no pude evitarlo, y apenas lo hice, me fijé en que la mujer llevaba un tatuaje de claro origen kree en uno de sus hombros... Inhumanos...
Eran mi gente, mi pueblo, mi responsabilidad... y en el instante en que vi que tres de esos hombres separaban a ambos, y un cuarto alzaba la mano de forma amenazadora hacia la mujer, fue como si mi propio instinto me dominase.
Alcé una de mis manos hacia él, y en apenas unos segundos, la chaqueta que llevaba empezó a arder en llamas. Gritó mientras intentaba quitársela, y obviamente eso llamó la atención de los demás. Varios me miraron y sacaron armas de fuego, así que dirigí ambas manos hacia el suelo, y concentrándome, la tierra bajo sus pies empezó a temblar, agrietándose bajo sus pies y desequilibrando a la mayoría. Alzando entonces ambas manos hacia ellos, una corriente de aire les empujó con fuerza hacia el fondo del callejón.
Suspiré algo agitada, mirando a la pareja, que de nuevo se abrazaban, apoyados contra la pared del callejón.
- Marcháos. Rápido.
Aunque había un toque cálido y comprensivo en mi voz, quedó claro que era una orden. Ambos asintieron y corrieron hacia la salida opuesta del callejón, perdiéndose al doblar la esquina. Yo tomé aire y me quedé firmemente donde estaba, mientras varios de esos hombres ya empezaban a levantarse. Quizá solo un par habían caído de mala manera con golpe de aire y permanecían inconscientes en el suelo, pero no la mayoría, así que miré a mi alrededor. Me fijé en una boca de riego justo tras de mí, cerca de la carretera a la entrada del callejón, y alzando mi mano hacia ella, sentí como el agua en su interior empezaba a temblar, hasta hacer saltar una de las salidas y salir a presión contra dos más de esos hombres, estampándolos contra la verja de alambre que cubría el otro extremo del callejón. Tres más dispararon, así que me agaché y, colocando la mano en el suelo, levanté un trozo de asfalto donde impactaron las balas, provocando un nuevo temblor... pero empezaba a agotarme.
Sacudí la cabeza al incorporarme, y un nuevo disparo me rozó el hombro derecho, haciéndome un leve arañazo. Suspiré mientras sentía que mis ojos azules se nublaban, tambaleándome ligeramente.
Me estaba quedando sin tiempo, y empezaban a rodearme... solo me quedaba una opción y ni siquiera estaba segura de que pudiera funcionar, así que volví a concentrar toda mi atención en las moléculas de aire a mi alrededor, arremolinándolas, haciendo que mi melena pelirroja se agitase con el torbellino que empezaba a formarse a mi alrededor, intentando mantener las distancias. Otros tres salieron despedidos, pero poco a poco, el tornado a mi alrededor empezó a perder fuerza, y aún quedaban varios hombres en pie, hasta que el viento se detuvo. Sentía mi pecho subir y bajar por el agotamiento, y cómo al final caí de rodillas al suelo, notando una gota de sangre resbalar por mi nariz hasta mi labio superior.
No era lo bastante fuerte... no era como ella... y poco a poco empecé a desvanecerme ante aquellos desconocidos...
Puede que estar aislados en Attilan hubiera protegido a parte de mi pueblo, pero ver todo aquello, cómo parecía tan distinto a la forma de vivir de los humanos que había estudiado de niña, me hacía preocuparme aún más por mis padres y mi hermana.
Por eso durante los primeros días solo observaba, desde la ventana, o encendiendo ese viejo televisor que a veces perdía la imagen en el pequeño apartamento de las afueras. Lo que había aprendido es que las libertades se habían diezmado, y que a aquellos que parecían intentar cambiar las cosas se les tachaba de revolucionarios. Me preguntaba si mi hermana estaría entre ellos, pues sabía que, aunque a ella le importase nuestro pueblo, no toleraría actos tan injustos. Además, me había visto obligada a ocultar no solo mi identidad, sino también mis poderes, pues muchos como yo eran perseguidos. Era algo intolerable...
Necesitaba más información, así que salí dentro del supuesto horario permitido, haciéndome pasar por una simple humana. Me puse un sencillo vestido púrpura de tirantes con zapatos altos, dejando suelta mi melena pelirroja y con mi colgante de plata, con forma de media luna, como único adorno.
Entré en algunas cafeterías, me dediqué simplemente a escuchar, pero cuando salí de la última, algo alejada del apartamento, ya oscurecía...
Se me iba la hora del toque de queda, así que apreté el paso, tratando de acortar por unos callejones algo más oscuros... y entonces los vi. Eran un grupo de hombres, unos quince, que acorralaban a una pareja cerca de una escalera de incendios. Por sus ropas parecían agentes de seguridad, de los que perseguían a aquellos que se saltaban las normas o que tenían poderes similares a los de mi gente. Sé que no debía acercarme, pero no pude evitarlo, y apenas lo hice, me fijé en que la mujer llevaba un tatuaje de claro origen kree en uno de sus hombros... Inhumanos...
Eran mi gente, mi pueblo, mi responsabilidad... y en el instante en que vi que tres de esos hombres separaban a ambos, y un cuarto alzaba la mano de forma amenazadora hacia la mujer, fue como si mi propio instinto me dominase.
Alcé una de mis manos hacia él, y en apenas unos segundos, la chaqueta que llevaba empezó a arder en llamas. Gritó mientras intentaba quitársela, y obviamente eso llamó la atención de los demás. Varios me miraron y sacaron armas de fuego, así que dirigí ambas manos hacia el suelo, y concentrándome, la tierra bajo sus pies empezó a temblar, agrietándose bajo sus pies y desequilibrando a la mayoría. Alzando entonces ambas manos hacia ellos, una corriente de aire les empujó con fuerza hacia el fondo del callejón.
Suspiré algo agitada, mirando a la pareja, que de nuevo se abrazaban, apoyados contra la pared del callejón.
- Marcháos. Rápido.
Aunque había un toque cálido y comprensivo en mi voz, quedó claro que era una orden. Ambos asintieron y corrieron hacia la salida opuesta del callejón, perdiéndose al doblar la esquina. Yo tomé aire y me quedé firmemente donde estaba, mientras varios de esos hombres ya empezaban a levantarse. Quizá solo un par habían caído de mala manera con golpe de aire y permanecían inconscientes en el suelo, pero no la mayoría, así que miré a mi alrededor. Me fijé en una boca de riego justo tras de mí, cerca de la carretera a la entrada del callejón, y alzando mi mano hacia ella, sentí como el agua en su interior empezaba a temblar, hasta hacer saltar una de las salidas y salir a presión contra dos más de esos hombres, estampándolos contra la verja de alambre que cubría el otro extremo del callejón. Tres más dispararon, así que me agaché y, colocando la mano en el suelo, levanté un trozo de asfalto donde impactaron las balas, provocando un nuevo temblor... pero empezaba a agotarme.
Sacudí la cabeza al incorporarme, y un nuevo disparo me rozó el hombro derecho, haciéndome un leve arañazo. Suspiré mientras sentía que mis ojos azules se nublaban, tambaleándome ligeramente.
Me estaba quedando sin tiempo, y empezaban a rodearme... solo me quedaba una opción y ni siquiera estaba segura de que pudiera funcionar, así que volví a concentrar toda mi atención en las moléculas de aire a mi alrededor, arremolinándolas, haciendo que mi melena pelirroja se agitase con el torbellino que empezaba a formarse a mi alrededor, intentando mantener las distancias. Otros tres salieron despedidos, pero poco a poco, el tornado a mi alrededor empezó a perder fuerza, y aún quedaban varios hombres en pie, hasta que el viento se detuvo. Sentía mi pecho subir y bajar por el agotamiento, y cómo al final caí de rodillas al suelo, notando una gota de sangre resbalar por mi nariz hasta mi labio superior.
No era lo bastante fuerte... no era como ella... y poco a poco empecé a desvanecerme ante aquellos desconocidos...
Crystalia Amaquelin- Empleo /Ocio : Princesa de los Inhumanos
Ficha de Personaje
Nivel Defensiva: Gama
Nivel Ofensiva:
Poderes y Habilidades:
Re: Quizá no fue tan buena idea salir de casa... {Pietro y Wanda Maximoff}
Estos días siento que habían estado un poco tranquilos en la ciudad de Los Angeles, no se que estaba pasando últimamente pero varios criminales habían estado siendo arrestados, la teoría que más había estado pensando es debido a los vigilantes que hay últimamente en mi ciudad, digo yo no tengo ningún problema con que más personas se vistan con traje y salgan a combatir las injusticias, de hecho eso está bien e incluso yo lo he hecho varias veces aparte de hacer mis cosas personales. Las carreras que había tenido los días anteriores habían sido de lo más normales, pues aún me extrañaba bastante que el señor conocido como ¨DK¨ no se haya presentado a tales carreras en la ciudad. Esta vez me había tomado un respiro de ese mundo para venir a la ciudad de Nueva York por un simple motivo, estaba buscando información acerca de donde iba a ser la De León, esta claro que es en algún lugar de California pero según este año todavía no se iba a concretar en donde iba a ser.
Había llegado a la ciudad hace unas horas atrás, había llevado conmigo el Ford Mustang 1970 boss 302 color azul era un buen auto y siempre me servía para viajes pequeños. La dirección que me habían dado daba en la zona centro de la ciudad, pues solamente iba a ver un contacto para que me diera algo de información acerca de la gran carrera que se hace cada año. Solo los mejores se meten en ella, esta claro que es un poco complicado de que te metan pero lo que tenía que hacer para modo de estar dentro era vencer al conocido ¨DK¨ en cuanto volviera a Los Angeles y así llamar la atención para entrar en la De León.
Después de unos minutos de manejar en aquel gran vehículo, lo dejé aparcado en lo que parecía ser una cafetería, ya sabía bien a quien estaba buscando. Entré al lugar y busqué con la mirada a un hombre moreno que me iba a dar la información. Vestía una prenda no tan llamativa por lo que por fin pude encontrar al sujeto. Estreché mi mano y lo saludé - Hey. Benny, ¿como has estado? - le dije por su nombre - Bastante bien ahora que en mi taller he estado ganando mucho dinero - me dice y el después ríe - Te comprendo... También trabajo en un taller - hablé - No quiero parecer impaciente pero.. Vayamos directo al grano - le digo dando una pausa - ¿Sabes en donde será la De León? - le pregunté serio - Pietro... Aunque lo supiera no podría decirte, sabes que a Monarch lo tienes que impresionar para modo de que te meta - me dice a lo que yo suelto un suspiro después - Y para eso tengo que derrotar a ¨Dk¨ - hablé y el asintió con la cabeza. Me estaba diciendo que me quedará a comer algo con el, pero no tenía nada de hambre, haber ido hasta allá no me había servido de nada pues la única manera de saber donde es la De León es entrando en la carrera.
Me despedí y salir del lugar sin más, extrañamente veo correr a una pareja que estaba saliendo de un callejón que estaba al lado, en su cara parecía que estaban asustados. Enseguida le eché un vistazo al callejón y lo que pude ver a lo cerca es como varios hombres estaban alrededor de una mujer que de seguro está siendo asaltada. No me lo pensé dos veces y comencé a correr lo más rápido que podía hacia dentro del callejón, empujando a todos los hombres contra la pared, justo después me detuve enfrente de ellos - ¿Problemas con los hombres, señorita? - le digo esto a la mujer que estaba siendo asaltada, creo que los otros sujetos se estaban quejando un poco, por ahora.
Había llegado a la ciudad hace unas horas atrás, había llevado conmigo el Ford Mustang 1970 boss 302 color azul era un buen auto y siempre me servía para viajes pequeños. La dirección que me habían dado daba en la zona centro de la ciudad, pues solamente iba a ver un contacto para que me diera algo de información acerca de la gran carrera que se hace cada año. Solo los mejores se meten en ella, esta claro que es un poco complicado de que te metan pero lo que tenía que hacer para modo de estar dentro era vencer al conocido ¨DK¨ en cuanto volviera a Los Angeles y así llamar la atención para entrar en la De León.
Después de unos minutos de manejar en aquel gran vehículo, lo dejé aparcado en lo que parecía ser una cafetería, ya sabía bien a quien estaba buscando. Entré al lugar y busqué con la mirada a un hombre moreno que me iba a dar la información. Vestía una prenda no tan llamativa por lo que por fin pude encontrar al sujeto. Estreché mi mano y lo saludé - Hey. Benny, ¿como has estado? - le dije por su nombre - Bastante bien ahora que en mi taller he estado ganando mucho dinero - me dice y el después ríe - Te comprendo... También trabajo en un taller - hablé - No quiero parecer impaciente pero.. Vayamos directo al grano - le digo dando una pausa - ¿Sabes en donde será la De León? - le pregunté serio - Pietro... Aunque lo supiera no podría decirte, sabes que a Monarch lo tienes que impresionar para modo de que te meta - me dice a lo que yo suelto un suspiro después - Y para eso tengo que derrotar a ¨Dk¨ - hablé y el asintió con la cabeza. Me estaba diciendo que me quedará a comer algo con el, pero no tenía nada de hambre, haber ido hasta allá no me había servido de nada pues la única manera de saber donde es la De León es entrando en la carrera.
Me despedí y salir del lugar sin más, extrañamente veo correr a una pareja que estaba saliendo de un callejón que estaba al lado, en su cara parecía que estaban asustados. Enseguida le eché un vistazo al callejón y lo que pude ver a lo cerca es como varios hombres estaban alrededor de una mujer que de seguro está siendo asaltada. No me lo pensé dos veces y comencé a correr lo más rápido que podía hacia dentro del callejón, empujando a todos los hombres contra la pared, justo después me detuve enfrente de ellos - ¿Problemas con los hombres, señorita? - le digo esto a la mujer que estaba siendo asaltada, creo que los otros sujetos se estaban quejando un poco, por ahora.
Pietro Maximoff
Ficha de Personaje
Nivel Defensiva: Alpha
Nivel Ofensiva:
Poderes y Habilidades:
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