(Islas Fiji) Precaución! Amenaza mutante Nivel omega, con ataque de celos!. [Namor Mckenzie]

Mi nombre es  Namor McKenzie   soy el resultado de una relación entre Fen, hija del Emperador de Atlantis Thakorr, y el Capitán Marino Leonard McKenzie, siendo un híbrido humano/atlante que puede respirar en el aire y bajo el agua, estableciéndolo como el príncipe de Atlantis del Sur, ya que en ese momento ya estaban divididos los territorios, comenzando como un total inocente de que pasaba a fuera en la superficie. De a poco me fui formando desde un niño débil hasta un joven  guerrero de mi pueblo, dispuesto a todo para proteger a esta. Enfrentando a las amenazas de la superficie, pero además que quiera ver el lado bueno de los humanos.... Nunca encontraba una sola posibilidad de la misma.
Con el pasar de los años y la muerte de mi antecesor me convertí en el Rey de Atlantis del Sur  y no era para menos era el indicado para el puesto aunque muchos de los integrantes de la corte real estaban en desacuerdo al ser diferentes a ellos. Pero eso no importo en absoluto seguí adelante pero al destino le gusta jugar con las vidas de todos, por una maldición las personas que me importaban fueron muriendo de a poco inclusive frente a mis ojos. La muerte paso paso tantas veces por delante mio que casi podía saber cuando estaba cerca de nuevo, esto fue moldeando mi carácter de ser un hombre frió, distante, esquivo y arrogante.
Prometí que no defraudaría a mi Atlantis, que no me verían caer y que yo no la vería caer. Pero rendirme no esta en mi pensamiento y echarme para atrás no esta en mi camino. En mi dialecto la palabra rendirse es imposible de pronunciar y vencer es sinónimo de valentía y honor. Somos pocos los que aun me son fieles y logran ver la verdad, logran ver sin duda alguna que aquí tienen a su verdadero Rey. El que los liderara a la victoria ante el mal que se aproximaría cuando dejemos de agachar la cabeza delante de los humanos.

Pero al igual que cualquier otro sujeto en este mundo me podía dar mis gustos en la superficie, pero no en las grandes ciudades ni mucho menos de traje ni corbata. Iba a ir a un lugar donde pudiera hacer una buena fiesta y distenderme de los problemas actuales de Atlantis por unos momentos aunque sea, me lo merecía el trabajo que ahora estaba dando al fin sus frutos.
Las Islas Fidji son un paraíso en el Océano Pacífico Sur que constituyen todo un paraíso: las aguas turquesas y límpidas, las playas de arenas blancas, las palmeras y demás especies vegetales, la amabilidad de sus gentes y los servicios son, sin duda, motivos más que suficientes para elegir este particular destino, este sin dudas era el lugar donde iba a hacerla.
Después de los preparativos todo estaba listo, una hora después  todos los invitados, la mayoría de estos mujeres   estaban en la fiesta disfrutando como se debía.
Donde me encontraba sentado estaba rodeado de las mas hermosas mujeres de todas las etnias a mi lado sirviéndome y complaciendo me cada una de ellas con su belleza.
Solo me quedaba admirando la belleza de mis acompañantes hasta que un grito de una pelirroja muy joven aun me distrajo por unos momentos.
Esta muchacha me esta recriminando infidelidad delante todos los presentes y eso no lo iba a permitir.
-¿Quien pretende y trata de manchar mi nombre con falsas acusaciones?- Pregunte en voz alta decidido a todo mientras me levanta de mi asiento para estar delante de la joven que bastante furiosa.
-Jamas en mi vida te he visto.... Niña - mencione mientras me cruzaba de brazos a la altura del pecho.

Si había algo que me enojara, mucho, mucho sobre la faz de la tierra, siempre Namor lo encontraba, era como si tuviera el don para sacarme de mis casillas cada que se le antojase, y sin duda en este momento lo estaba haciendo,  pero si había algo que también le gustaba hacerme aparte de hacerme enojar, era pelear conmigo parecía un hobbie… una diversión para el por lo que al escucharme decirme niña la sangre me hirvió a tal punto  que mirándolo con notoria rabia, apreté la mandíbula, incluso cerré mas las manos en puños, odiaba tanto ese hobbie suyo de hacerme enojar, de pelear, porque nunca podíamos ser una pareja tranquila? Esto sin duda era amor apache, masoquista, casi podia apostar que toda esta fiestecita era con el unico propocito de encabronarme,  así que mirándolo arquee una ceja.- Como… me dijiste? –pregunte mirándolo furiosa esa pose que tomaba cruzándose de brazos, el hecho de que me había dicho niña, negué y no lo tolere… estaba celosa, estaba enojada, muy enojada, así que sin darle tiempo a respuesta, explote.- ARGH!! Voy a hacerte ceviche!! Atuncito mío!!– grite al tiempo que un aura amarillenta apareció a mi alrededor, mi gen mutante activo ahora me permitía absorber o asimilar los poderes de los mutantes cercanos, por lo que sin duda aparte de los que aun tenía en mi poder, fue el de Namor el inmediato a unirse a la lista, por lo que de inmediato mi cuerpo se adaptó al gen, ahora era una atlante como el, lo mire aun hecha una loca, nunca en mi vida había sentido tanta rabia, tantos celos y sobre todo… tenía el corazón roto de verlo pavoneándose con las mujerzuelas esas, fue ahí donde usando aun lo poco que quedaba del gen de Cable en mí, al ver que los guardias  que había empujado antes se pusieron de pie, el primero se lanzó sobre mí para ser devuelto al carajo con un pensamiento, pues lo mande a volar con telequinesis, luego hice mi mano diestra hacia un lado,  estaba dispuesta a levantar el lugar donde Namor pisaba, pero sentí como el otro guardia tomo mi muñeca, de inmediato me gire a mirarlo, incluso arrugue la nariz con molestia, y usando la fuerza descomunal de Namor,  gire un poco mi mano para tomarlo por la muñeca ahora a él y sin esfuerzo aparente, lo lance a volar, para su buena suerte, cayó a un par de metros en el mar, espero sepa nadar, porque ahorita me importa un carajo si se ahoga.

No vuelvas a tocar a la futura reina de los siete mares… -Le dije en voz baja y volví mi mirada furiosa a Namor, ahora había cambio de planes, levante mi mano mostrando la palma hacia el molusco marino, luego negué un par de veces.- Tu pero error Namor… es pensar que podías ponerme el cuerno sin que yo me diera cuenta… -llorar no estaba permitido, aunque muy en el fondo sentía esas tremendas ganas de llorar, en ese momento me concentre en todas las chicas que lo rodeaban, mismas a quienes levante con telequinesis.- Ninguna de estas zorras me llega ni a la planta del pie siquiera!!! –moví mi mano hacia un lado y las empuje al agua a todas, igual me importo un carajo si les pasaba algo.- No son más que carnada de tiburón… -dije mirando a Namor sonriendo de lado.- Querías pelear?! Pues peleemos, SARDINA!!! –Antes  de inclinarme hacia delante y tomar impulso para lanzarme contra él, dispuesta a ponerle un golpe en la cara, si es que no esquivaba, estábamos parejos o eso creo… teníamos la misma fisiología, pues los genes tanto de Cable como el de Alexis ya eran bastante débiles en mi cuerpo, así que solo era cuestión de tiempo para que fuera completamente solo una atlante como el, no me importaba serlo, ya lo había sido… ya había peleado contra Namor así.